Wednesday, August 12, 2015

Brillar la luz de Cristo en la oscuridad de disfuncion

John Kenneth Gibson
El Buen Pastor, Durham NC
8 de agosto 2015
Leccionario Año B, Propio 14, 2 Samuel 18:5-9, 15, 31-33, Efesios 4:25-5:2

Soy el segundo de tres hijos de mis padres, May y Tom.  Mi madre tenía 84 años cuando murió en 2008 y mi padre 90 cuando él murió en el año pasado.

Mis padres eran buenas personas y buenos padres.  Amaban, cuidaban, protegían y mantenían a mis hermanos y a mí.  Doy muchas gracias a Dios por ellos.  No obstante, como todos, ellos tenían sus imperfecciones y problemas en su relación.

Mi padre tuvo mal genio.  A un momento, se puso hecho a una furia.  Por eso, teníamos que ser cuidadosos en extremo.  Mi madre frecuentemente hablaba mal de mi padre atrás de su espalda.  Ella no pensaba nada de eso, pero me dolía escuchar sus palabras negativas de mi papi.

La verdad es que mi familia de origen era un poco disfuncional.  ¡No por completo!  Mis padres hicieron buenos en sus vidas.  Eran personas de fe y exitosas en muchos aspectos de sus vidas.

Me imagino que usted también ha experimentado disfunción en su familia de origen, familia actual o familias de amigos.  Una amiga de mi esposa y yo recientemente nos pidió orar por la familia de su hermano que es muy disfuncional.

La primera lectura nos muestra una familia muy disfuncional.  El contexto de la lectura es la guerra civil en el reino de rey David.  David creció en una familia disfuncional según Rabí David Wolpe[1].   En un discurso, que yo vi esta semana, Wolpe dijo que la familia de origen de David era tan disfuncional que Jesé, el padre de David, no lo recordó cuando el profeta Samuel la visito.  Era el equivalente de olvidar un hijo cuando el presidente de los Estados Unidos visita.

Si la familia de origen de David era disfuncional, su familia era más.  Amnón, el primer hijo de David, amaba a su media hermana la hermosura Tamar.  Sin embargo, ella rechazó sus avances.  Por eso, Amnón consiguió con artimañas que Tamar entrara en su habitación donde la violó y entonces la dejó desgraciada.  David, cuando lo supo, no hizo nada.  De hecho, trató de encubrirlo.  David ignoró el mal comportamiento de sus hijos.  Absalón, hermano de Tamar, tomó su hermana en su casa y conspiró su vergüenza.

Hace dos años, Absalón tuvo una fiesta con sus hermanos en su casa afuera Jerusalén.  En frente de todos, sus criados asesinaron a Amnón.  David lo ignoró, solamente rechazó ver Absalón por cinco años pero no hizo nada para castigarlo.  Absalón conspiró para destronar su padre y lanzó al país en una guerra civil sangrienta.  Aunque David  apenas había escapado con su vida, David solamente tenía una preocupación: el destino de Absalón.

La historia de David nos revela el papel central de esconder e ignorar en disfunción familiar.  David ignoró o encubrió las disfunciones de su familia.  Si una parte esencial del problema es el oscuro, la respuesta es la luz.  Jesús dice en su evangelio, “cuando la luz vino al mundo prefirieron la oscuridad a la luz.  Todos los que hacen lo malo odian la luz, y no se acercan a ella para que no se descubra lo que están haciendo. Pero los que viven de acuerdo con la verdad, se acercan a la luz para que se vea que todo lo hacen de acuerdo con la voluntad de Dios” (Juan 3:19-21).

El primer paso reparar la disfunción familiar es orar, es llevar la situación a la luz de Dios, porque el malo la odia.  Es importante saber que la raíz de disfunción está en las personalidades de los miembros de las familias y las generaciones.  El libro de Números en el antiguo testamento dice que los pecados de los padres visitan a la segunda, tercera y cuatro generación (14:18).  Por eso, cualquier disfunción requiere mucha oración por mucho tiempo.

El segundo paso es hablar con otros miembros de la familia.  La lectura de Efesios hoy dice, “diga cada uno la verdad a su prójimo, porque todos somos miembros de un mismo cuerpo” (4:25).  No obstante, si la disfunción es el abuso físico o sexual, es esencial decirlo a un querido amigo, a sacerdote, o a psicólogo para recibir apoyo y dirección.  Si un niño se abusa, por favor llame al departamento de servicios sociales de Durham inmediatamente.

El obstáculo principal hablar de sus problemas es el miedo según el psiquiatra David M. Allen.[2]  Las personas temen un ataque verbal o físico, si dice de lo que piensa, pero asimismo temen hacer daño a los sentimientos de otros familiares.  El más importante es discutir el problema con calma, quedar en el sujeto, evitar atacar y defenderse.  Efesios otra vez dice, “No digan malas palabras, sino sólo palabras buenas que edifiquen la comunidad y traigan beneficios a quienes las escuchen” (4:29)  .El asunto es el comportamiento en lugar de las personas.

La psicóloga Elvira Aletta dice que la familia funcional tiene un sentido de respeto y seguridad para todos en la familia.[3]  De igual modo, en la Biblia, 1 Pedro dice, “Den a todos el debido respeto” (2:17).  Jesús dice, “hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes” (Mateo 7:12).

Cuando usted dice de lo que piensa, normalmente hay resistencia.  Los psicólogos Barret y Topper dicen que hay cuatro etapas de resistencia: 1) la negación de los hecho (No pasó nada), 2) la negación de la consciencia (No lo sabía), 3) la negación de la responsabilidad (¡Era su culpa!) y 4) la negación del impacto (No significa nada).[4]  Es esencial perdurar con calma y con mucha oración y con el apoyo de los otros para eliminar la disfunción.

El domingo mi esposa y yo celebramos trece años del matrimonio.  Doy muchas gracias por nuestra relación que ha mejorada mi vida inmensamente.  A pesar de todo, nuestro matrimonio no es perfecto.  Nuestras finanzas eran problemas de muchos años.  Gastamos demasiado.  Lo discutimos poco.   Cuando hicimos, argumentamos.  “No haces dinero suficiente.”  “¡Estas demandante!”  “Compras demasiado libros y asistes a demasiados clases.”  Era un círculo vicioso.

Hace dos o tres meses, mi esposa y yo asistimos a clase finanza de Dave Ramsey.  Existe en Español también con Andres Gutierrez.  Ramsey y Gutierrez son cristianos y expertos en finanzas personales.  La clase cambió nuestras vidas.  Ahora, al principio de cada mes, escribimos un presupuesto.   Ahora, discutimos en lugar de luchamos o ignoramos nuestras finanzas.  Ahora, estamos más cercanas como pareja.  Obvio nuestra relación todavía es imperfecta, pero es mejor debido a la luz de Cristo.

Imagine, si cada persona en Durham lleva la luz de Cristo a la oscuridad de sus relaciones  Imagine la diferencia en sus familias.  Imagine la diferencia en nuestra comunidad.

Esta semana, si hay alguna disfunción en su familia, tome el primer paso, lleve la situación a Dios y pide la dirección de Jesús.  Cuando la luz de Cristo empieza brillar, el oscuro empieza retirarse.


[1] David Wolpe, “David: The Divided Heart,” Herman P. and Sophia Taubman Endowed Symposia in Jewish Studies, uctv: University of California Television, 23 de marzo 2015, http://www.uctv.tv/shows/David-The-Divided-Heart-29249.
[2] David M. Allen, “How to Talk to Relatives about Family Dysfunction: Recalcitrant relatives have ways to derail constructive family problem solving,” 28 de septiembre 2012, https://www.psychologytoday.com/blog/matter-personality/201209/how-talk-relatives-about-family-dysfunction.
[3] Elvira G. Aletta, “What Makes a Family Functional vs Dysfunctional?” PsychCentral, 15 de deciembre 2009, http://psychcentral.com/blog/archives/2009/12/15/what-makes-a-family-functional-vs-dysfunctional/.
[4] M.J. Barrett y T. Trepper, "Unmasking the Incestuous Family: Understanding the Logic of Denial", The Family Therapy Networker, May/June 1992 citado por David M. Allen, “Hitting Denial on the Head,” Psychology Today, 19 de mayo 2013, https://www.psychologytoday.com/blog/matter-personality/201305/hitting-denial-the-head.

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